Despedida
Hace unos años, había en este pueblo en que vivo, una radio FM comunitaria que gracias a algunas “pelusas desechables” ya no está.
Junto a unos amigos, durante algunos meses de finales del ’99 y principios del 2000, hicimos un programa humorístico que se llamaba Podría Ser Peor, el programa siempre se iniciaba con un speech que podía ser solemne, trágico, cómico, profundo, pero que finalizaba con la frase del nombre del programa, y lo desbarataba.
Quiero despedirme de ti, paciente lector, con algo que escribí por aquel entonces, puesto que si ya leíste todo lo anterior, te mereces un poco de otra cosa.
La visión se encendió en mi mente, mitad sueño, mitad vigilia y las imágenes brotaron en una multiplicidad simultánea como dispuestas en miles de facetas de una gema inconmensurable.   Y junto con cada imagen sentí el dolor desgarrador de la Madre Tierra, vejada por los hombres.   Vi entonces las pilas de basura en las orillas de los ríos, las nubes de humo tóxico ocultando el sol, las bocas de las cloacas derramando su ignominia en el bello mar.
   Sentí la agonía de las especies condenadas, la impotencia de las culturas nativas subyugadas, el absurdo de la guerra fratricida.
   Bruscamente, como en un rompecabezas, todo se organizó en una sola imagen, al mismo tiempo que la visión se disparaba vertiginosamente hacia el infinito.
   Y por un instante pude ver a la magnífica Gaia flotando en el espacio, envuelta en su húmeda membrana que enseguida se convirtió en un punto de luz azul girando en torno del gran fuego del Sol.
   Y el Sol fue también un punto luminoso entre los cientos de miles de la Vía Láctea, y cuando toda la galaxia fue un punto de luz entre los millones de galaxias del Universo, la visión se fragmentó en un calidoscopio de increíble diversidad.
Y vi entonces a los miles de puntos azules ocultos, girando en torno a la estrella madre, efervescentes de vida, plenos de armonía, y recordé de golpe el dolor de Gaia, perdida en el Universo, albergando a la absurda especie humana.
Y por primera vez, desde que comenzó la visión, un pensamiento brotó en mi mente: 
... podría ser peor!!



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